lunes, 6 de enero de 2014

Primeros vuelos humanos al espacio (IV)


El accidentado paseo de Alexei Leonov




  Korolev planteó otro reto, o más bien un puzzle, a su equipo de ingenieros. Habían conseguido convertir la vieja pero fiable Vostok en una Vosjod que pudiera acoger a un equipo de tres cosmonautas, como se explicó en el capítulo anterior. Para ello habían encontrado una solución bastante comprometida: no usar trajes de presión y limitar al mínimo el mobiliario de la cápsula, pues en un espacio diseñado inicialmente para una persona, había que alojar a tres. Uno de los logros de  la OBK, la oficina de diseño de Korolev, para el programa Vosjod fue diseñar asientos personalizados. Esto aún se sigue utilizando hoy en día para los vuelos Soyuz, cuyo módulo de ascenso-retorno es igualmente de un tamaño muy reducido. No se trata de asientos propiamente dichos, son una especie de bandejas o moldes en el que el astronauta va reclinado y con las piernas encogidas, prácticamente en posición fetal.

   Hemos llamado molde al asiento porque realmente se hace a medida de cada astronauta de manera que le contenga eficazmente en los momentos de aceleración y deceleración. De hecho, en la actualidad los viajeros espaciales que suben a la ISS deben desmontar y llevar consigo sus asientos para instalarlos en la cápsula que les lleve de vuelta a la Tierra. Su asiento o yacija es por tanto una parte más de su equipaje.
  En el caso de la Vosjod 2 se planteó otra circunstancia: No podían ir tres astronautas porque en ese caso no les quedaría espacio para moverse (en la Vosjod I, los ocupantes debieron permanecer toda la misión en sus puestos una vez acomodados, pues no quedaba espacio material en el habitáculo). Pero no era necesario, con dos era suficiente: un comandante piloto y un ingeniero de misión que realizara el paseo. Ni siquiera el que permaneciera en la nave podría hacer gran cosa por ayudar al spacewalker en caso de problemas, como realmente ocurrió. La siguiente decisión era: ¿dotar a la nave de un dispositivo para entrar y salir, es decir, una esclusa de aire, o  realizar una descompresión total y abrir simplemente la escotilla para salir y entrar? Esto último quizá hubiera sido más sencillo, pero en la práctica imposible: debemos imaginar una cápsula muy reducida con los dos hombres confinados a sus asientos y el puesto de control con los mandos junto a la escotilla de entrada. Esta era la posición del comandante y quizá hubiera sido más difícil rediseñar el interior de la cápsula para situar a Leonov junto a la escotilla. Por otra parte, se hubiera necesitado un suministro mucho mayor de oxígeno para represurizar la cápsula una vez terminado el paseo espacial. Por ello se optó por inventar una esclusa retráctril, que se desplegara hacia fuera una vez en el espacio, ya que instalar una esclusa fija en el interior tampoco era factible. Así pues, una vez llegado el momento, aquel 18 de marzo de 1965, Leonov abría la escotilla instalada en su lado de la cápsula y la esclusa se desplegaba, inflándose, hacia el exterior.
  Leonov tenía entonces el espacio justo para introducirse, con su pesado traje y cargado con la mochila de oxígeno, en el exiguo espacio de la esclusa. Una vez allí, se cerraba la escotilla y se procedía a despresurizar aquella para salir al exterior. Y ahí tenemos al bueno de Leonov disfrutando de la microgravedad y haciendo algunas piruetas. Primer hombre volando libre por espacio. Primer paseo espacial de la historia. Logro conseguido a mayor gloria de la Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas.


  Pero en aquel entonces se sabía poco acerca de las condiciones del vacío del espacio. Los primeros trajes espaciales eran muy sencillos, pues solo se había tenido en cuenta el dotarlos con la presión suficiente para mantener con vida a su usuario. De hecho, este Berkut que se enfundó Leonov era en realidad el primer traje espacial (para  EVA) jamás utilizado, pues los trajes de las misiones Vostock y Mercury eran meros trajes de presión IVA no aptos para salir al espacio. Y, por supuesto, los integrantes de la Vosjosd I, como ya se explicó, ni siquiera disponían de trajes espaciales.Una semana más tarde Grissom y Young estrenaron los G3C, practicamente iguales al G4C que permitió a White repetir la hazaña de Leonov. Por todo ello, la idoneidad de los trajes estaba sujeta a muchas incógnitas hasta que se probaran en condiciones reales.
El problema surgido a Leonov era que al tener en su traje una presión equivalente a la atmosférica, este comenzó a inflarse debido a la ausencia de presión en el vacío exterior (el aire del traje tendía a expandirse pues no hallaba presión en contra). Los trajes posteriores han mejorado esta circunstancia gracias a ser un poco más rígidos para contener dicha presión y a que en realidad solo se "inflan" a un 30% de la presión atmosférica ya que utilizan oxígeno puro -suficiente para mantener cómodo a su ocupante, si bien esto obliga al spacewalker a una preparación previa de varias horas respirando, con el traje puesto,  para evitar la acumulación de nitrógeno en la sangre, ya que la atmósfera de la nave suele ser similar a la terrestre, conteniendo nitrógeno. Es por esta razón que las actuales actividades extravehiculares que se llevan a cabo en la ISS requieren que los astronautas que van a realizarlas  deban prepararse, como queda dicho, durante unas cuatro horas para eliminar el nitrógeno de su organismo.Esto es en referencia a los EMU americanos; si se utilizan los Orlan rusos, semirígidos, se puede disponer de una presión mayor, con lo que el tiempo de preparación se reduce.
  Volviendo al bueno de Leonov, este observó, en cierto momento, que ya apenas podía mover los brazos y que sus pies se salian de las botas dado el volumen y rigidez que estaba alcanzando el "globo" que llevaba puesto. Un atisbo de pánico surgió en su mente al pensar que, de esa manera, le resultaría imposible volver a pasar por la esclusa para regresar a la nave. Pero los astronautas no tienen margen para el miedo, ya que no pueden huir a ninguna parte. Su disciplinada mente debe apartar esas reacciones primarias y centrarse en solucionar el problema, si quieren sobrevivir. Leonov, por tanto, decidió reducir la presión del traje, aunque esto estaba expresamente contraindicado en las especificaciones de la misión, pues podía provocarle la temida narcosis de nitrógeno y una mortal embolia. Pero tampoco estaba dispuesto a quedarse para siempre flotando en el espacio. Así que se arriesgó pensando que por unos minutos no pasaría nada. Una vez parcialmente desinflado el traje se dirigió a la acogedora escotilla de la esclusa y, no sin esfuerzo se introdujo por ella.Una vez igualada la presión con la cabina de la cápsula penetró en aquella y maldiciendo como desahogo por los angustiosos momentos pasados recibió el abrazo y felicitación de su jefe y compañero Pável Belyayev que, impotente, había seguido por la radio y, parcialmente, por la ventanilla que tenía junto a él, la aventura de su compañero.
  No acabaron ahí las desventuras de esta misión, que tuvo un accidentado regreso, incluyendo un aterrizaje a más de 2000 kilómetros del objetivo establecido, en plena tundra siberiana, debiendo permanecer los dos cosmonautas varios días en la nieve hasta que pudieron ser alcanzados por los equipos de rescate. Pero esto ya es otra historia.


El objetivo se había conseguido y los responsables del programa espacial soviético decidieron dar por finalizado el programa Vosjod y cualquier lanzamiento al espacio hasta disponer de otra nave más versátil, potente y fiable: la Soyuz, que haría su vuelo inagural dos años más tarde, en abril de 1967.
Mientras tanto, los norteamericanos habían comenzado el programa Gemini, con dos vuelos previos sin tripulación (Gemini 1- abril de 1964-  y Gemini 2 -enero de 1965-). El  23 de Marzo de 1965, solo unos días después de la caminata de Leonov, Gus Grissom y John Young fueron lanzados en la Gemini 3, primer vuelo americano con más de un ocupante y preludio de lo que sería un intenso, productivo y eficiente programa que sentaría las bases para poder realizar, algunos años más tarde, la ansiada conquista de la Luna.

1 comentario:

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