miércoles, 15 de agosto de 2012

Un gato llamado "Leyendas de Marte"

Dedicado a mi hermana, Ángeles, que me sugirió la idea para este cuento.

Mi gato se llama "Leyendas de Marte". Mi gato no es un gato en el sentido tradicional de la palabra. Pero cumple las mismas funciones. Me acompaña en mis momentos de soledad junto al crepitante fuego del hogar en  esas noches inhóspitas de invierno, ronroneando satisfecho en un rincón. Mi gato, hace tiempo, estaba muy gordo; orondo, podríamos decir. No sé por qué, me hacía pensar en los Canales de Marte, aquella faraónica obra que algún improbable ingeniero loco o desesperado diseñó para traer agua desde los helados polos del planeta hasta los antaño fértiles valles de la zona ecuatorial. Pero desde hace algun tiempo, mi gato ha perdido peso. Ya no hay canales en Marte. 

El mapa de los canales de Marte por Percival Lowell

  Mi gato me acompaña a todas partes. Aunque nadie lo ve, él siempre está ahí. Ya he dicho que no es un gato corriente. Hay quien me pregunta de qué color es mi gato. Yo procuro cambiar de tema para no tener que contestar, ya que yo no sé de que color es, pues yo tampoco lo he visto nunca. Lo más probable es que no tenga ningún color. Pero mi gato sirve para lo que cualquier gato sirve: tener un nombre al que no atiende cuando le llamas, escaparse por ahí cuando le da la gana y hacerme compañía cuando no está ocupado con otra cosa. Me acompaña en las largas y perezosas tardes estivales, esas en que el sol no tiene prisa por ponerse. Y me hace recordar los monumentales rostros de piedra y las figuras humanas talladas en rocas que aparecen en medio de una llanura marciana porque sí. Mi gato está cada vez más delgado, porque ya se ha demostrado que no hay caras ni figuras en Marte. Eran leyendas.
La "cara de Marte" fotografiada por Viking, la recreación artística en "Mission to Mars" (Brian de Palma, 2000) y la "Sirenita" de Marte.
  Mi gato es esquivo, no muy cariñoso, y no se alimenta como los demás. El plato de comida para gatos que le pongo cada mañana aparece intacto todas las noches. Sin embargo, hasta hace poco, parecía bien alimentado. Al menos en mi imaginación. Además, yo suponía que si rechazaba la comida es porque tomaría otras cosas (quizá ratones de Venus o pajarillos de Júpiter, esos vaporosos seres que flotan en la atmósfera joviana de la prodigiosa mente del añorado Carl Sagan). A veces, cuando me encuentro trabajando frente a mi escritorio,  lo intuyo descansando sobre la alfombra, hecho un ovillo, detrás de mí. Ni siquiera intento volverme para contemplarlo. Me basta con saber que está ahí, haciéndome compañía. Es entonces cuando me acuerdo de los marcianos y sus platillos volantes, de sus subrepticias visitas a nuestro planeta a lo largo de la historia y de como se reirían de nosotros cuando vieran lo orgullosos que nos poníamos por haber mandado a su planeta unos cuantos cacharritos con patas y algunos cochecillos teledirigidos. Tardando meses y meses en hacer el viaje, cuando ellos, en sus elegantes platillos, iban y venían en un abrir y cerrar de ojos.
  Pero, a veces, la tentación era más fuerte y me volvía a comprobar si "Leyendas de Marte" seguía allí, en la habitación. Y, para mi desazón, ya no estaba. Entonces me daba cuenta de que no existían los marcianos ni los platillos. Y el gato, cada vez más delgado, casi transparente.
  Hoy, 6 de Agosto de 2019, al cumplirse 7 años de su llegada, el robot Curiosity, según veo en las noticias, ha terminado su misión. Como le ocurrió a sus antecesores, ha funcionado durante mucho más tiempo del inicialmente previsto y ha sido capaz de recorrer una enorme distancia y explorar una superficie que, según los científicos, es totalmente significativa y representativa de las condiciones imperantes en todo el planeta.

¿Pirámides?
  Entonces, ya está -pensé compungido-. Llanuras interminables salpicadas de guijarros, montañas de rocas rojizas, valles de rojizas arenas, cráteres, páramos y desolación. Sí, parece que también algunos microbios y algas unicelulares, lo que para los científicos a cargo del proyecto parece un hallazgo importantísimo... Pero, ¿y la cara de Marte? ¿Y las pirámides? ¿Los navíos de arena? ¿Las huestes que acompañaron a John Carter? ¿Las ciudades excavadas en la roca? ¿Las bellas princesas? ¿La máquina alienígena productora de atmósfera durmiendo en las entrañas del planeta hasta que un avispado héroe la pusiera en marcha?
Mi pobre gato. Ya no hay Leyendas de Marte. Curiosity ha acabado con ellas.

Una de las ilustraciones de Frank Frazetta sobre la saga de John Carter

Otros relatos publicados:
El día que me abandonaron.
Mis pensamientos 
Deambulo por una calle

10 comentarios:

  1. Primero vi el título y me dije: "Uy, qué bonito".
    Después vi que llevaba dedicatoria y me dije: "¡Pero si es a mí!, ¡qué ilusión más grande!".
    Y después lei el cuento y me gustó tanto que no supe qué decir.
    Me parece una idea muy bonita y muy original; una historia evocadora y con esa clase de melancolía que nos vuelve soñadores y deseosos de creer en lo imposible.
    Y muy bien escrito, porque si no, todo lo antedicho no se podría apreciar.
    Te felicito.
    And thanks for the dedication!

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  2. Muchas, muchas gracias por vuestros benévolos comentarios. Lo de la dedicatoria era indefectible, puesto que nada más leer tu comentario del otro post, se me vino a la cabeza la idea más o menos de golpe. Esa misma noche, empecé a escribirlo y me salió de un tirón, lo cual es difícil que me pase. O sea que, figúrate lo importante que es un buen comentario...Por otra parte sé que me arriesgué a escribir algo que, fríamente, podría ser tomado como una chorradita, pero cuando algo se escribe con dedicación y sentimiento suele salir bien, o eso espero. Otra cosa a destacar es el legado de Ray Bradbury y sus Crónicas Marcianas donde creó una cierta poesía de la que, creo, todos los aficionados a la literatura F&SF somos un poco deudores. Bueno, voy a terminar, que estos comentarios se hacen eternos...Me ha encantado lo de "muy bien escrito" y todo lo que dices de evocadora, original, etc. Eso es justo lo que pretendía y parece que lo he sabido transmitir. De nuevo, gracias :)

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  3. Me gustó mucho el cuento, la idea del no gato me hizo reir, y además, lograste muy bien el cometido con la escritura, puesto que nunca me pude imaginar cómo era este gato particular, y eso que mi experiencia sensorial ha visto más gatos que planetas... Super!

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    1. Muchas gracias, Betiana, por tus amabilísimos comentarios. La sencilla imaginación, combinada con sugerencias que uno encuentra aquí y allá da lugar a felices coincidencias como el conseguir escribir algo que haga sonreir, reflexionar, volver a imaginar...De nuevo gracias por leer y comentar.

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  4. Me gustó mucho el paralelismo entre tu gato y ese montón de leyendas que hoy se derrumban porque, como bien dice el dicho popular: "la curiosidad mató al gato". Sin embargo en este proceso de conocer, otra fauna nace día a día y habrá que alimentar gatos o pajarillos por muchos miles de años.
    Admiro tu narración, entretenida y atrapante.
    Felicitaciones.

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    1. Muchísimas gracias, Alicia, por leer y comentar. Me encanta lo que dices del cuento y además, has sabido descubrir la idea que generó el relato, juego entre "Curiosity" y el conocido aforismo del gato. Es cierto que la ciencia y la investigación a veces matan bonitas leyendas, pero en su lugar nos descubren otras maravillas que admirar. De nuevo, gracias y hasta pronto.

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  5. Ya lo habeis dicho todo, me dejasteis sin argumento. Pero si diré ¡¡originalísimo!!

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    1. Pues muchas gracias también y me alegro de que te haya gustado.

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  6. Buen post,pero yo vi una historia divertida de nuestro planeta y la luna que la verdad,fue muy bueno.

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    1. Gracias por el comentario. Y me gustaría saber cual es esa divertida historia que mencionas. Saludos.

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