jueves, 14 de junio de 2012

Mis pensamientos...

  Mis pensamientos cabalgan, cual valquiria evanescente a lo largo de una profusa red de entreveradas sensaciones. Veo aparecer ante mí, en condescendiente gesto -quizá compasivo- todo el entramado de circunstancias que rodean la inimitable, la colorista exhibición -a diario reproducida- de la actividad humana, esa prolífica creadora de sinrazones, confusiones, entuertos, malentendidos y malinterpretaciones en las que se basa nuestro corretear diario por el desgastado suelo de la existencia.
La núbil notoriedad que nos abraza, el deseo, el repudio, el desespero, la estúpida sensación de haber olvidado algo...forman el bagaje que nos acompaña a diario. Y soy consciente de mi ínfima significación en ese minucioso despliegue de gestos, sonidos, sentimientos, punzadas de dolor; en esa ingente cacofonía que supone una existencia tan diversificada.
  Pero aún así, no ya una mente pensante, sino solo un mero cúmulo de experiencias burdamente codificadas, más o menos analizadas -que es a lo que a veces quedamos reducidos, sin importarnos incluso, así de inconscientes somos- puede llegar a advertir, de forma instintiva, visceral si se quiere, al menos una parte de la inmensidad que le rodea.
  Imaginemos una célula, un ente protozoico, plácidamente instalada en su cabal entorno: una fúlgida, transparente, refrescante gota de agua. Esta gota está, a su vez, sumida en un mar, en un océano. La célula no es, desde luego, consciente -aunque su pletórica aquiescencia pudiera inducir a pensar lo contrario- de la enormidad que constituye su amplio ecosistema (nerítica, neritopelágica, neritobéntica, batipelágica). Tampoco de los posibles -de hecho, reales- cohabitantes que pueden darse cita en él. Sus miras son reducidas, de acuerdo con sus necesidades.
  Sin embargo, ¿podría intuir un algo de cambio en los movimientos de la marea?



Otros relatos publicados:
El día que me abandonaron
Un gato llamado leyendas de Marte
Deambulo por una calle

4 comentarios:

  1. Es cierto que en la inmensidad del tiempo del Universo, en la inmensidad de seres de nuestro planeta y todas sus interacciones y problemtica, no somos nada; pero todo depende del punto de vista y, sobretodo de lo que te acerques a cada uno de nosotros. Cuando una potencia decide realizar un experimento biológico en determinada población o probar una bomba, no somos nada; de hecho la multitud de seres que pasan hambre por el tercer mundo y no hay que irse tan lejos, no son nada para ellos; pero cuando te vas acercando cada vez más a un grupo de personas, a una sola persona, te das cuenta de lo importante que es para los que la rodean y lo importantes que son sus interacciones y sus decisiones para la vida de ella misma y de los que la rodean. E incluso una sola decisión de alguien, puede determinar si vivirá o cómo lo hará mañana, si vivirás o cómo lo harás mañana(porque ello hace que te ocurra determinado accidente o no del que dependa tu vida o que pases de una situación holgada económicamenta a otra mísera); incluso una decisión puede llegar a cambiar el curso de la historia de los seres humanos. En la inmensidad somos simples gotas de agua, porque nada de lo que hagamos es realmente significativo, pero en nuestras vidas, todo es importante y podemos realizar cambios significativos para nosotros mismos y los que nos rodea de forma muy cercana.

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    1. Me alegro que esta modesta entrada te haya sugerido una reflexión tan interesante. Parece que sugieres la importancia de la interacción entre todos los seres y objetos que pueblan el planeta (o el universo). Algo parecido al "efecto mariposa". Yo, más modestamente me limito a la posibilidad de ampliar nuestra conciencia y percibir grandes procesos que están lejos de nuestro alcance sensorial, pero que nuestra mente puede concebir. Algo así como la "perspectiva cósmica". Somos como esa célula en la gota de agua (nuestro pequeño mundo) que de pronto se ve mecida por las mareas que recorren el universo. Por cierto, sobre la perspectiva o conciencia cósmica tengo algo escrito por aquí cerca. No se si te pueda interesar http://galaxiamuylejana.blogspot.com.es/2012/06/intro-xi.html

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    2. Con percibir grandes procesos que están lejos de nuestro alcance sensorial, ¿te refieres a no percibirlos por los órganos de los sentidos, a tenerlos genéticamente programados o a una telepatía con todos los seres inteligentes en una especie de espíritu de la colmena?
      Tendré que leerme lo de la perspectiva cósmica a ver si me aclara algo.

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    3. Pues sí, puede ser cualquiera de esas cosas que dices. Otros, más religiosos, lo llamarían fe en algo superior. Yo, desde un punto de vista racional, creo lo siguiente: lo que vemos a nuestro alrededor, lo cercano, son indicios de una realidad muchos más grande, abrumadoramente más grande. Nuestra mente es, quizá, ese sexto sentido que, mediante el pensamiento y el análisis nos permite ver más allá de lo aparente. Como cuando un señor, hace varios siglos, se dio cuenta de que la Tierra no era el centro del Universo, o cuando otro, algún tiempo más tarde, se dio cuenta de que tampoco el sol lo era, y que este no era más que otra estrella como esos puntitos luminosos que vemos allá arriba.

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