domingo, 8 de abril de 2012

Intro II

Un buen lugar para un encuentro cercano de clase III
   
Me lo encontré en uno de mis paseos por los montes cercanos a la ciudad, andando un poco desorientado.  Era bastante alto, más bien gordito y con una calvicie más que incipiente. Vestía ropas de lo más corriente -al parecer en su galaxia lo de la moda no tenía mucho predicamento-. En fin, para ser un extraterrestre, no parecía nada del otro mundo. Me dijo que estaba de visita y que, como yo era el primer habitante del planeta que encontraba, según las normas de cortesía de la Federación Galáctica , tendría que hacerle de cicerone. Yo pensé decirle que las normas de la Federación esa me importaban un pepino, pero hasta ver qué intenciones traía, no quise ponerme muy gallito. Le pregunté que si venía en son de paz o, por contra, representaba la avanzadilla para invadir nuestro mundo y todas esas cosas que salen en las películas. Me miró fijamente con expresión dubitativa y al final, sonriendo, dijo que no, que no, que él era un ciudadano corriente y que no se metía en esas cosas de invasiones y demás. El único detalle que llamó mi atención era el dispositivo que llevaba colgado al cuello, que se parecía a esos bolígrafos gordos de cuatro colores que usábamos en la escuela. Según me explicó más tarde era su medio de transporte: 1 botón para cada  cuadrante galáctico -alfa, beta, gamma, delta, como en Stark Trek-, y después apretar la bolita de arriba mientras se apunta a la estrella a la que se quiere ir. Facilísimo. Cómo no se nos había ocurrido antes.
CONTINUARÁ 

Foto: Juann
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1 comentario:

  1. Oye, mola mucho la historia del extraterrestre este más bien gordito.
    Seguiré pendiente, a ver cómo le va.

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